Se acerca el 19 y 20 de diciembre y la memoria de aquel momento único de 2001, irrepetible, fuera de normas y encuadres de la política argentina se repone a través de una muestra necesaria que propone el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (ya inaugurada el 30 de octubre y abierta al público hasta el 27 de febrero de 2022).
1. Foto portada: San Darío del Andén, Daniel Malnati
Al recorrer la exhibición con Lorena Fabrizia Bossi, Coordinadora de Artes Visuales del Conti, puede percibirse el desafío que significó montar una diversidad de experiencias de activismos políticos y artísticos y al mismo tiempo reflejar la condensación de ese espíritu colectivo que significó el 19 y 20 de diciembre de 2001. Se trata de una permanente y solapada tensión entre la política institucional y sus enunciados, y la movilización colectiva, sin preceptos. El recorrido invita a sumergirse en zonas que indagan desde la organización asamblearia, la experiencia de fábricas recuperadas y expresiones artísticas de resistencia, hasta las violencias institucionales que concluyeron en 39 asesinatos y cientos de heridos. Entre estas zonas se encuentra por ejemplo la “zona banquete”, que puede leerse como contrapunto de los fatales golpes de mercado que dominaron a las instituciones democráticas, desconcertando al pensamiento habituado a golpes de estado más tradicionales. Frente a este desconcierto, surge el arte de La Mesa, H@mbre, La última cena, entre otras experiencias.
2.Vete y vete, Arde!, 2003
Lorena Bossi propone hacer foco en “la recuperación de las huellas de ese malestar” de la cultura. La voz del pueblo surgida de una cadena de expectativas cotidianas quebrada. La imaginación sobre un terreno nuevo y movedizo. “¿Qué lugar hay para las utopías?” es una pregunta que sugiere Lorena, al traer a la memoria estos sucesos singulares que llevaron a nuestro país hacia el borde del abismo, en un escenario nada alejado de las más temidas distopías. El telón de fondo de ese escenario es la caída de las Torres Gemelas, el control territorial, el control de los cuerpos. A partir de esta historia en carne viva que fue el 19 y 20 de diciembre de 2001, surgirán los andamios de una nueva institucionalidad en nuestro país.
La Muestra 19y20 es una oportunidad notable para pensar la relación entre arte y política, para recordar una fecha dramática de nuestra historia reciente, pero también para pensar esa relación incómoda entre los tejidos políticos institucionales y las irrupciones populares. Es decir, cómo la política puede encauzarlas siendo, a su vez, encauzada por ellas. Es un acertijo a veces descuidado que la impactante Muestra se encarga de recuperar.
3. Pegatinas colectivas: GAC, Etcétera, TPS, Mujeres públicas, Contraimagen, Javier del Olmo, La mar en coche.
Con respecto al concepto curatorial, hay que destacar que la intención de Loreto Garin Guzmán y Natalia Revale es lograr algo distinto de los recorridos documentalistas o testimoniales. Más bien se trata de invitar a “una experiencia simbólica, artística”, reconoce Loreto. “La escena cultural se había corrido a la escena callejera”, dice Natalia. “Por supuesto que son experiencias que provienen de los años 90, del menemismo, que se articulan en la crítica de las industrias culturales de entonces, el auge de los shoppings, las privatizaciones, las leyes de impunidad” recuerda Loreto que, junto con Natalia Revale, además de curar la Muestra, formaron parte (y continúan haciéndolo) de activismos como Etcétera o Argentina Arde respectivamente. “Desde el interior de los activismos es que hablamos” reconoce Natalia. Del mismo modo, Lorena Bossi formó parte del Grupo de Arte Callejero (GAC), lo cual permite que en la Muestra haya un espacio protagónico para los activismos artísticos a lo largo y ancho del país, aunque -aclara Loreto., “la confluencia de estas experiencias diluye el criterio de las autorías”, federalizando y colectivizando cada intervención.
4. Mural de remeras estampadas, TPS Taller Popular de serigrafía, 2002/ 7.
La Muestra pone en jaque entonces las narrativas hegemónicas del arte y la política y se plantea el desafío de “llegar a los más pibes”, cuenta Loreto. Se trata de reflejar el carácter de irrupción de las experiencias que entonces eran ajenas a toda institucionalidad, hoy puestas en un Centro Cultural como el CCM Haroldo Conti, en un Espacio de Memoria. “Es estar afuera y estar adentro al mismo tiempo”, tal es el sentimiento que atraviesa a Loreto a partir de esta exhibición. Natalia Revale reconoce hoy que “los escenarios institucionales están también en disputa”.
En palabras de uno de los artistas convocados, Federico González, resulta muy necesaria esta muestra ya que más allá de las distancias “estamos con el mismo problema del FMI, parece un déjà vu”. Federico viene trabajando hace tiempo en el grabado directo de pisos de ciudades, es decir, del espacio público. Entiende los pisos como “un archivo inagotable de huellas y proyectos”. En 2001 llevó a cabo la serie “He estado”, reflejando el despojo de lo público en tiempos neoliberales y recuperando las marcas de Gas del Estado, Entel, YPF. Él las llama “marcas de identidad”. En este 2021 realizó la “marca de la cadena” por la cual pasaban los autos con lxs secuestradxs, a partir de la cual lxs detenidxs de la ESMA pudieron reconocer el Centro Clandestino. Además de la emoción de trabajar sobre el piso de la ESMA, es una manera de darle sentido a su aporte a una Muestra que hoy se despliega en un Sitio de Memoria. Las obras de Federico, como las de otrxs artistas, invitan a recorrerse una y otra vez.
19y20 – archivos, obras y acciones que irrumpieron en la narrativa visual e la crisis del 2001 forma parte ineludible de quien quiera recorrer el Espacio Memoria ex ESMA. La Muestra puede visitarse acercándose al Centro Cultural de martes a viernes, de 12 a 20hs. o los sábados, domingos y feriados, de 13 a 21hs.; o a través de su página web, con posibilidad de recorrer sus “zonas” o el Audiocuento para infancias, entre otras actividades.
Fotografías: gentileza Centro Cultural Haroldo Conti