Desde 2004 en la ciudad de Buenos Aires, y a partir de 2010 en todo el país, la Argentina recuperó el derecho al festejo popular del carnaval.

El derecho al festejo popular del carnaval fue una conquista impulsada desde abajo por agrupaciones carnavaleras, y llevada a los recintos legislativos por distintas fuerzas políticas que canalizaban un reclamo histórico de los murgueros.

“Coco” Romero, Félix Loiácono, Javier Decurgez y Delia Bisutti fueron algunas de las caras visibles de una lucha atravesada por la violencia dictatorial, la desaparición de murguistas, la represión de la palabra y de la expresión de los cuerpos. La eliminación del feriado de carnaval dispuesta por la dictadura en 1976 podría considerarse un detalle menor frente a semejante imposición del terror. Sin embargo,  para todos ellos recuperar la memoria  del carnaval se convirtió en una tarea militante y reparadora.  Por segundo año consecutivo, la persistencia de esa lucha es reflejada en una muestra dentro de sitios de memoria, lo que confirma el vínculo profundo entre una movida cultural y social que, como en el caso de los organismos de Derechos Humanos, intenta  apropiarse de esos espacios  para resignificarlos.

En 2018 la muestra se realizó en el ex CCDTyE Virrey Ceballos y este año, en el Espacio para la Memoria y Promoción de los DDHH ex Centro Clandestino y de Detención, Tortura y Extermino “Olimpo”. “Prohibido Prohibir el Carnaval”, un homenaje a lxs compañerxs murguerxs detenidxs-desaparecidxs, se exhibirá hasta el 15 de marzo en ese predio. “Es la historia del Carnaval a través de sus prohibiciones a lo largo de nuestra historia. Desde la época de la Colonia a nuestros días. La persistencia de un festejo popular, como territorio conquistado por la clase trabajadora”, es el planteo de la exposición.

“Las murgas cuentan historias, yo fui parte de una murga estrictamente política. Éramos de la JP Liniers en los años 70, y con los compañeros de la unidad básica que eran murgueros decidimos hacer una estrictamente con canciones escritas por nuestros propios compañeros reivindicando la historia del peronismo”, relata Delia Bisutti, quien fue diputada nacional y secretaria General de CTERA, y continúa: “Era una murga sin disfraces y sin caretas, con bombos y redoblantes y participábamos de todas las peñas de todos los compañeros que nos convocaban. De este grupo, cinco de los compañeros, entre ellos mi marido -con el que además participábamos de la murga Los descamisados de Liniers-, fueron detenidos desaparecidos por la dictadura cívico militar”.

Clara Kierszenowicz (Dana), Luis Mercadal (Lucho), Jorge Infantino (Tanito), Armando Prieto (gallego) y Marcelo Anibal Castello esposo de Bisutti, integran esa triste lista, aunque su secuestro y desaparición estuvo claramente vinculado con su actividad política.

Bisutti cree que la reinstauración del feriado de carnaval, por la que luchó en la Legislatura porteña junto a la socióloga Dora Barrancos, “reivindica a las murgas, la alegría, las fiestas populares, la calle, el cantar, el decir, el no callar”.

En “Murgas, una práctica que protege la memoria”, Gualberto Elio Milagro Romero, “Coco”, cuenta que en 1977 fundó un grupo de murga “La Fuente”, para librar la lucha cultural a la represión. “Hice la colimba en  1976, pertenezco a una generación que peleó contra la dictadura desde los espacios de la cultura. El 76 me marcó. De todo ese periplo tengo compañeros desaparecidos, empezando por mi compañera de entonces: tiene una baldosa en la calle Rivadavia. Fuimos signados por la violencia de la dictadura. Como jóvenes, en ese momento nos expresábamos y buscábamos una alternativa a través de las disciplinas artísticas”

En la misma publicación, Felix Loiácono, docente de escuela primaria y letrista de carnaval, relata que su relación con el mundo murguero empezó en La Boca, porque era un barrio “absolutamente carnavalero”: “Había una movida muy importante y era casi imposible correrse del carnaval, pero cuando empieza la dictadura, sacan el lunes y el martes de carnaval. A esto hay que sumarle un estado de sitio y una cuestión de inseguridad profunda, lo que hace que el carnaval de La Boca se vaya metiendo para adentro, escondiendo. Cuando recuerdo la dictadura me viene una sensación de mucho frío”.

Javier Decurgez  integra la murga “Los Fantasmas de Malaver. Sus padres fueron secuestrados y asesinados por la última dictadura militar y él encontró en la murga un espacio para contar su historia. Una de sus levitas –que está expuesta en la muestra de El Olimpo- la usó en el carnaval de 2016. “Mis levitas no tenían grandes apliques, sino cosas chiquititas, y tengo una compañera en la murga que hace apliques, le propuse la idea y obviamente se copó. Es una alegría y orgullo. Ahí está el pañuelo de las Abuelas con el nombre de mis viejos, Ramón y Teresa, que están los dos desaparecidos”.

Prohibido prohibir el carnaval

La muestra que se exhibe en ex CCDTyE Olimpo “es una muestra de censura del goce, del festejo”, explica Natalia Rizzo, miembro del equipo de trabajo de ese espacio para la memoria y curadora de la exposición. “En el ex Olimpo hay una tradición forjada  hace algunos años alrededor de sostener el festejo del carnaval en las calles aledañas al predio que formó parte del ex Centro Clandestino desde el 16 de agosto del 78 hasta finales de enero del 79. Partimos de la base de una investigación y muestra realizada el año pasado en otro sitio de memoria, Virrey Ceballos, y continuamos esa investigación dándole un nuevo formato y contexto”.

El trabajo supera la exhibición de elementos e imágenes vinculados a las murgas censuradas e incluye una tarea de reconstrucción de las identidades de las víctimas. “Una delas partes para mi más representativas de la muestra es una tira de banderines con la foto de cada compañere desaparecido, cuya historia de vida nos arroja que participó de una murga. Es un cruce novedoso de la investigación. Nosotros estamos acostumbrados a saber de su filiación política, de su barrio, de su ocupación, y en este caso sabemos que además una de sus actividades predilectas era participar de una murga”, explica Rizzo.

La muestra continuará hasta el 15 de marzo en Coronel Ramón Lorenzo Falcón 4250, sede del Espacio para la Memoria y Promoción de los DDHH EX CCDTyE Olimpo.